Hola cocinillas, tras unos pequeños problemillas técnicos, volvemos con una receta de esas que que sorprenden por su sencillez y sobretodo por su sabor. Ingredientes básicos, un poco de horno y algo de paciencia, nada más. Nos ponemos al lío.
Ingredientes para la salsa barbacoa:
2 cucharadas de tomate frito
2 cucharadas de mostaza
2 cucharadas de ketchup
2 cucharadas de salsa Perrins (si no tienes, un chorrito de cola nos vale)
2 cucharadas de azúcar de caña
2 cucharadas de miel
2 dientes de ajo
2 cucharadas de vinagre de manzana
Sal y pimienta
1 cucharada (pequeña) de pimentón dulce
200ml. de tomate natural triturado
A priori paracen muchos ingredientes, y lo son, pero bastará con calentar un poco de aceite y dorar los ajos bien picados. Después añade todos los ingredientes y cuece a fuego lento.
Cuando la salsa haya reducido y adquiera un color oscuro estará lista. Hay infinidad de versiones de salsa barbacoa, más picante, con limón, e incluso las que venden en botes ya preparadas. Elige la que prefieras.
Una vez lista la salsa nos ponemos con nuestra costilla. Para ello precalentaremos el horno a 180º solo por la parte de abajo. En una bandeja de horno, añade un vaso grande de agua y una lata de cerveza, nos ayudará a cocer nuestra costilla para que quede más tierna y jugosa.
Coloca la costilla (salpimentada por ambos lados) con el hueso hacia arriba en la rejilla del horno a media altura por encima de la bandeja con la cerveza y el agua y cocina durante aprox. 60 minutos, dándole la vuelta a la mitad del tiempo.
Transcurrido el tiempo, vamos al tema serio. Saca del horno la costilla y con la ayuda de una brocha de cocina pinta la costilla por un lado e introduce en el horno a máxima potencia en modo grill.
Cuando esté bien dorada, saca del horno y repite el proceso por el otro lado. Con unos 20 minutos por cada lado será suficiente. Aunque no te fíes mucho del tiempo, dependerá del horno y del tamaño de la costilla.
Una vez listo, solo nos queda coger un kilo de servilletas y llevarnos las costillas a la mesa. Te chuparás los dedos cocinillas. Ya verás.